
Imagina que tienes una llave para abrir una puerta que te salvará la vida, pero alguien, por burocracia, desidia o intereses ocultos, decide esconder esa llave. Esa es exactamente la situación que vivimos en el Perú con los medicamentos genéricos intercambiables, una solución accesible y eficaz para millones de personas que no pueden costear tratamientos de marca. Pero, ¿por qué seguimos postergando algo que salva vidas?
Como médico, me resulta indignante ver cómo el acceso a medicamentos básicos sigue siendo un privilegio y no un derecho. La salud no debería ser una moneda de cambio ni un tema de debates interminables en comisiones que jamás llegan a decisiones concretas. La reciente postergación en el Congreso de la ley para facilitar la entrada de medicamentos genéricos intercambiables en el país es solo otro capítulo en esta novela de absurdos.
Los Medicamentos Intercambiables: ¿Qué son y por qué importan?
Para quienes no están familiarizados, un medicamento genérico intercambiable es aquel que, tras rigurosos estudios, ha demostrado ser igual de eficaz que el medicamento de marca. Es como elegir entre dos marcas de agua: ambas quitan la sed, pero una cuesta diez veces más.
Países como Chile, Colombia y México han simplificado la certificación de estos medicamentos cuando ya están aprobados en países con altos estándares de vigilancia, como Estados Unidos o Canadá. ¿Por qué? Porque entienden que la salud de sus ciudadanos no puede depender de trámites interminables.
Sin embargo, en Perú, donde más del 20% de la población vive en situación de pobreza, seguimos manteniendo las puertas cerradas. La excusa: “Necesitamos más tiempo para certificar”. Mi pregunta es: ¿cuántas vidas se deben perder mientras nos tomamos ese tiempo?
Burocracia y Desidia: La Enfermedad de Nuestro Sistema
La ley de intercambiabilidad existe desde 2009, ¡15 años sin ejecutarse! Si esto fuera un paciente, ya habría muerto por inacción. Pero no es solo falta de gestión, también hay algo más profundo: intereses ocultos.
No seamos ingenuos. El rechazo a los genéricos intercambiables no es casual. Hay sectores que lucran con medicamentos de marca y ven en los genéricos una amenaza para su negocio. Entonces, en lugar de pensar en el paciente, piensan en sus balances financieros.
¿El resultado? Una mamá que no puede costear un medicamento eficaz para su hijo asmático. Un anciano que pierde su vida por no acceder a tratamientos adecuados para su hipertensión. Un joven diabético que termina en diálisis porque su tratamiento no era eficaz.
¿Es Solo un Medicamento? No, Es Toda una Vida
El impacto de no usar medicamentos de calidad va más allá de la salud individual. Afecta a las familias, al sistema de salud y a la economía del país. Un tratamiento ineficaz puede costar vidas, pero también millones al Estado, ya que los pacientes terminan requiriendo tratamientos más costosos y prolongados.
Si alguien toma un medicamento para la diabetes que no funciona, el daño es devastador. Con el tiempo, este paciente podría sufrir amputaciones, perder la función renal y depender de diálisis. ¿El costo? Medio millón de soles por paciente. ¿El costo emocional? Incalculable.
Y no olvidemos las enfermedades mentales. Un paciente psiquiátrico que no recibe un medicamento eficaz puede llegar al suicidio. Este no es solo un problema de salud pública; es un problema de humanidad.
¿Qué Estamos Esperando?
La solución está frente a nosotros: facilitar la certificación automática de medicamentos ya aprobados en países con altos estándares. Pero seguimos buscando excusas para no hacerlo. ¿Por qué? ¿Miedo al cambio? ¿Protección de intereses privados?
El reciente proyecto de ley que propone esta certificación automática es un paso en la dirección correcta, pero no puede limitarse solo a enfermedades graves. Cada enfermedad importa, porque cada paciente importa. Discriminar entre patologías es olvidar que detrás de cada diagnóstico hay una persona con una familia, un trabajo y sueños.
¿Y Nosotros, los Médicos?
Como médico, me niego a ser un espectador en esta tragedia. Es nuestra responsabilidad alzar la voz por quienes no pueden hacerlo. Nuestros pacientes merecen más que diagnósticos; merecen soluciones reales y accesibles.
No basta con recetar el medicamento adecuado si sabemos que no podrán costearlo. No basta con lamentarnos por la burocracia. Tenemos que exigir cambios, educar a la población y presionar a las autoridades para que actúen.
¿Qué Podemos Aprender de Otros Países?
Chile, Brasil y México nos muestran que es posible. Con sistemas ágiles, han logrado que los medicamentos genéricos intercambiables estén al alcance de millones. La clave está en la voluntad política y en priorizar la salud sobre los intereses económicos.
Un Llamado a la Acción
No podemos esperar otros 15 años. Cada día que postergamos esta decisión, más personas pierden la oportunidad de vivir una vida plena. Es hora de que dejemos de hablar y empecemos a actuar.
Como sociedad, debemos exigir un cambio. Infórmate, comparte, alza la voz. Porque la salud es un derecho, no un privilegio.
Y a mis colegas médicos: no tengamos miedo de ser críticos. Nuestra misión es cuidar vidas, y eso incluye denunciar lo que está mal en el sistema.
En palabras simples: la salud no puede esperar. Si queremos un Perú más justo, más humano y más saludable, el momento de actuar es ahora.
Si llegaste hasta aquí, comparte este mensaje. Hagamos que llegue a quienes tienen el poder de cambiar esta realidad. Recuerda: el derecho a la salud es el derecho a vivir.
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