Por M.C. David Quiroz Gutierrez
Todos sabemos que el exceso de comida chatarra y el sedentarismo son enemigos del peso ideal, pero hay otros hábitos que te hacen ganar kilos sin darte cuenta. Y lo peor, muchos de ellos parecen inofensivos. Como médico, he visto pacientes sorprendidos porque dicen «¡pero si no como tanto!» y aun así la balanza sigue subiendo. Vamos a desentrañar esos hábitos ocultos que sabotean tu peso y tu salud.
1. Dormir poco: el engordador silencioso
Si duermes menos de 6 horas al día, tu cuerpo entra en modo «supervivencia» y empieza a pedir más comida, especialmente azúcar y carbohidratos. ¿Has notado que cuando duermes mal tienes antojos de pan, galletas o chocolate? No es coincidencia, es tu cuerpo pidiéndote energía rápida porque está agotado.
2. Comer “sano” pero en exceso
Las ensaladas son sanas… hasta que les agregas 4 cucharadas de aderezo. El aguacate es buenísimo, pero si te comes 3 al día, es una bomba calórica. Lo mismo con los frutos secos, el yogurt y hasta la avena. La clave es la cantidad. Comer sano no significa comer sin control.
3. Beber calorías sin darte cuenta
Puedes jurar que comes poco, pero ¿qué hay de lo que bebes? Un café con azúcar, un jugo de caja, una bebida deportiva «saludable»… todo eso suma calorías ocultas. La próxima vez revisa la etiqueta de ese juguito o bebida «light». Podrías sorprenderte.
4. Estrés y ansiedad: ¿hambre real o emocional?
Muchas veces no comes porque tienes hambre, sino porque tu cerebro busca consuelo. El estrés aumenta el cortisol, una hormona que hace que acumules grasa (especialmente en el abdomen). Y cuando estás ansioso, ¿qué se te antoja? Exacto: comida chatarra.
5. Comer rápido y sin atención
Si comes mientras ves el celular o la televisión, tu cerebro no registra bien la comida y terminas comiendo más de lo necesario. Mastica despacio, disfruta cada bocado y dale tiempo a tu cuerpo para decirte: «¡Ya estoy lleno!».
6. Saltarse comidas pensando que eso ayuda
Si te saltas el desayuno o el almuerzo, lo más probable es que en la siguiente comida arrases con todo lo que encuentres. Esto descontrola tu metabolismo y te lleva a comer más calorías de las que habrías ingerido si hubieras comido regularmente.
7. No moverte lo suficiente
No se trata de vivir en el gimnasio, pero si pasas 8 horas sentado y lo único que caminas es de la cama al sofá, tu cuerpo no quema lo que comes. Camina, usa las escaleras, levántate cada hora… ¡muévete!
¿Cómo revertir estos hábitos?
Lo bueno es que pequeños cambios pueden hacer una gran diferencia: duerme bien, controla las porciones, elige bien lo que bebes, gestiona el estrés y mantente activo. No necesitas una dieta extrema ni matarte de hambre, solo entender tu cuerpo y darle lo que realmente necesita.
Si te ha pasado alguno de estos hábitos (o todos, no te preocupes, no estás solo), cuéntamelo en los comentarios. Y si quieres más consejos como este, sígueme en mis redes y visita mi canal de WhatsApp. ¡Nos leemos en el próximo artículo!
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