
Por M.C. David Quiroz Gutierrez
«¡Haz ejercicio!», «Muévete un poco», «Es cuestión de querer nomás»… Seguro lo has escuchado mil veces. Y si no lo has escuchado, probablemente lo has pensado. Pero, ¿de verdad la falta de ejercicio se reduce solo a falta de ganas? Spoiler: ¡No!
Sí, es verdad que hacer actividad física es importante. Es más, es casi mágico: mejora el ánimo, regula el sueño, fortalece el corazón, baja el estrés y hasta previene enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión. Entonces, si sabemos todo esto, ¿por qué seguimos postergando el empezar?
No es flojera, es más profundo 🧠
Mucha gente cree que quien no hace ejercicio simplemente es flojo o no quiere mejorar su salud. Pero como médico, te puedo decir que muchas veces el problema no es la falta de ganas, sino una mezcla de factores invisibles: cansancio mental, ansiedad, horarios imposibles, autoexigencia, baja autoestima, falta de apoyo o incluso experiencias pasadas negativas con el ejercicio.
Sí, hay personas que tienen tiempo, ropa deportiva y hasta una suscripción al gimnasio… pero no tienen energía emocional. Y eso también importa.
Cuando la cabeza pesa más que el cuerpo
Hay días en que tu cuerpo está entero, pero tu mente está rota. Días donde levantarte de la cama ya fue un triunfo. Entonces… ¿cómo pretender correr 5 km si no puedes ni con tus pensamientos? A veces, el obstáculo más grande no es el sofá, sino todo lo que cargas en la cabeza.
Y ojo, esto no significa que debamos rendirnos. Significa que necesitamos hablar de esto con más empatía y menos juicio.
Empezar no es fácil… pero tampoco imposible
Si esperas a tener ganas para empezar, te cuento un secreto: las ganas muchas veces aparecen después de comenzar. No necesitas correr una maratón ni entrenar como atleta olímpico. Puedes empezar caminando 10 minutos, estirándote mientras ves una serie o bailando tu canción favorita en la cocina.
Todo cuenta. TODO. 🕺🏽🧘🏽♀️🚶🏽♂️
Lo importante no es empezar perfecto, sino empezar real. A tu ritmo, a tu manera, con lo que tengas. Y si un día no puedes, no te castigues. Mañana lo vuelves a intentar.
¿Y si no es falta de ganas… entonces qué es?
Es falta de estrategias, de apoyo, de comprensión, de acompañamiento, de metas realistas. Por eso, más que juzgar a quien no se mueve, ayudemos a entender lo que le impide moverse.
💡 Te dejo esta idea final:
No le preguntes a alguien «¿por qué no haces ejercicio?»
Mejor pregúntale: «¿qué necesitarías para poder moverte un poco hoy?»
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Y si tú estás luchando con empezar, no estás solo. Estoy aquí para ayudarte en el camino hacia una salud más real, más humana… y más feliz. 💙
Nos vemos en el siguiente artículo,
Dr. David
Tu médico, tu aliado.
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